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¿Quién debería asumir el liderazgo para fomentar el emprendimiento en Latinoamérica?

¿Gobierno? ¿Sector Privado? ¿Sector Académico?


Hace 3 años, en 2018 tuvimos en México la última edición de la Semana Nacional del Emprendedor (SNE), el evento más grande de emprendimiento e innovación en Latinoamérica, contando con más de 100,000 asistentes durante la semana.

2018 fue un año especial. Siendo speakers recurrentes y aliados del Instituto Nacional del Emprendedor de México (INADEM), invitamos algunos amigos para integrarse como speakers, realizamos distintos talleres, y entregamos los premios y reconocimientos a nuestro "Reto EmprendHEC Nacional 2018".


El reconocimiento tenía la firma del presidente del INADEM, y la de nuestro director, el Ing. Paulo César Ramírez Silva. ¡Fue un día importante! El premio en efectivo fue fondeado por nosotros, ya que creemos en hacer el bien primeramente con recursos propios, y en siempre seguir fomentando el talento emprendedor en fases tempranas.














Tuvimos la oportunidad de brindar un reconocimiento a un líder importante en el sector educativo, quien años atrás nos abrió las puertas con el Sistema Educativo de Nivel Superior más grande de Latinoamérica, así como a otros líderes de Universidades, Gobiernos Estatales, y especialmente, ¡emprendedores!


Fue un gran ejemplo sobre cómo Gobierno, sector Privado y Académico pueden colaborar para fomentar el emprendimiento y la innovación.


Sin embargo, ahora tenemos un gran problema, que se ha agravado con COVID:


La SNE era una iniciativa gubernamental, y el INADEM una institución gubernamental. Ahora ya no existen. El emprendimiento y la innnovación dejaron de ser prioridad. El sector académico, tanto público como privado tienen problemas de presupuesto. La mayoría de empresarios en el sector privado solamente comprenden sobre efectivo frente a sus ojos, y por ello no apuestan al talento emprendedor en fases tempranas (early-stage). Existen algunos fondos de capital de riesgo (VC), pero en realidad solamente apuestan en quien ya demostró ser exitoso, o bien quien ha logrado cierta popularidad (tracción). Con estas condiciones, para un emprendedor en fases tempranas en Latinoamérica, crear un MVP es una misión casi imposible.


Hemos estimado que el 95% de los emprendedores en Latinoamérica carecen de las condiciones adecuadas para ser exitosos. Para ellos, la probabilidad de éxito de su emprendimiento es casi nula.


¿Y porqué es importante apostar a las fases tempranas? Simplemente, porque si solamente se apuesta a lo que ya existe, seguiremos creando más de lo mismo. Tal vez mejor, pero sobre la misma base. Apostar a las fases tempranas es apostar al futuro. Tanto las naciones líderes como los empresarios visionarios a lo que apuestan es al futuro, sin descuidar el presente.


Así que, ¡sí!, ¡en Latinoamérica necesitamos ayuda! Y sí, acorde a nuestra experiencia, se requiere de un esfuerzo colaborativo y bien coordinado, iniciado y apoyado por Gobierno, liderado por visionarios en el Sector Privado, haciendo equipo con el Sector Académico y Centros de Investigación. También, necesitamos ayuda con respecto al Liderazgo que podrían tomar instituciones e inversionistas globales quienes comprenden al emprendimiento y la innovación en fases tempranas.



¡Resolvamos este GRAN problema!


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